Qué ERP elegir en función del tamaño de tu empresa

Si estás en búsqueda de una solución para para automatizar los procesos de tu empresa, pero no sabes qué ERP elegir, este post es para tí.


  • ¿El tamaño importa a la hora de implementar un ERP en una empresa? Según ciertas teorías, podría ser uno de los factores clave, pero no es el único. Hay muchos otros factores de mayor impacto que se deben tener en cuenta.
  • En este artículo te damos las claves para saber qué ERP escoger y dar con la solución más adecuada en función de las necesidades de tu negocio.


  1. En qué te ayuda un ERP
  2. ¿Cómo sé si mi empresa necesita un ERP?
  3. ¿Qué empresas necesitan un ERP?
  4. ¿Me lo puedo permitir?
  5. Ten en cuenta el ROI
  6. ¿Qué criticidades tiene mi empresa?
  7. La clave si lo que quieres es crecer
  8. ¿Es un ERP la mejor herramienta, la mejor solución?
  9. Tipos de ERP


Antes de ponernos manos a la obra, necesitas responder varias cuestiones.

  • ¿Necesita mi empresa un ERP? (Complejidad de procesos, volumen de transacciones, etc.)
  • ¿Me lo puedo permitir? (Facturación VS Costes de implantación, ROI (retorno de la inversión), beneficios aportados, etc.)
  • ¿Qué criticidades tiene mi empresa? (Niveles de riesgo, toma de decisiones vitales, etc.)
  • ¿Qué futuro me planteo? (Expansión, Crecimiento, Escalamiento, Globalidad, Dispersión geográfica, etc.)
  • ¿Es un ERP la mejor herramienta, la mejor solución?


1) En qué te ayuda un ERP

Un ERP es una solución de gestión empresarial que ayuda a las empresas a controlar e interconectar las diferentes áreas o departamentos de un negocio. Desde la fabricación y producción hasta el control de ventas y facturación y la contabilidad, logrando ser más eficientes y competitivas.

Aunque en un principio los ERPs se utilizaron para las industrias de fabricación y producción, con el paso del tiempo, se han convertido en una solución global para cualquier tipo de empresa.

¿Influye el tamaño de la empresa a la hora de pensar qué ERP escoger?

¿Crees que el tamaño empresarial importa a la hora de escoger un ERP como herramienta de gestión del negocio? ¿Tienes una respuesta rápida y concluyente?

No, ¿verdad? Yo tampoco. Solo por el tamaño de la empresa no se puede determinar si un ERP es, a priori, la solución ideal. Lo primero que debes hacer es averiguar si tu empresa necesita un ERP.



2) ¿Cómo sé si mi empresa necesita un ERP?

Seleccionar qué herramienta es la más adecuada para cada empresa es todo un proceso. Un proceso al que se llega por diversas situaciones, cuestiones, momentos, escenarios, alarmas, etc., que se producen, casi sin darnos cuenta, y que muchas veces no se ven o no se quieren ver. Pero que, si no se abordan, se pone en riesgo la continuidad de la empresa.

Hay quien tiraría de refrán y se agarraría a lo de “ande o no ande, burro grande”. En este sentido, ¿prevalecería la cantidad a la calidad? Es decir, indistintamente de lo que se necesite, ¿se valoraría más lo “cachas” que sea el programa, a si realmente es lo que necesito para dar respuesta a mis necesidades?

A priori, se piensa que una Micro pyme debería adoptar soluciones sencillas, sin muchas complicaciones. Que sean fácil de uso y baratas (o free), o bien soluciones ofimáticas (Excel, Word, etc.) Por lo que respecta a la pequeña empresa, algo similar, pero con un poco más de prestaciones, más acorde para su mayor tamaño o necesidades. Asequible económicamente y exento de muchas florituras. Por último, una mediana o gran empresa, sí que debería adoptar un ERP o algo mayor más a medida, de mayores prestaciones y precio acorde a su tamaño.

En resumen:

  • Micro = sencillo y “gratis”.
  • Pequeña= funcional pero asequible.
  • Mediana = ERP y con un coste de igual a igual.
  • Grande = ERP o más y un coste de gran factura.


3) ¿Qué empresas necesitan un ERP?

  • Aquellas empresas que, sean del tamaño que sean, necesiten, por ejemplo, gestionar un gran volumen de transacciones. Ya sean facturas, movimientos contables, stock, ventas, etc. No es lo mismo gestionar mensualmente 30 facturas de 1 millón de euros, que 60.000 facturas de 50€.
  • Empresas que tienen que conciliar saldos de diversas cuentas bancarias con muchos movimientos de cobros, pagos, etc.
  • Aquellas en las que la gestión de su día a día, actual o futura, contenga procesos complejos que precisen de un alto porcentaje de fiabilidad y control. Y que, aunque tengan pocos empleados o usuarios, la herramienta les aporte los recursos adecuados a sus necesidades de gestión y control.
  • También aquellas a las que, una vez el negocio ha despegado y se va asentando, se atreven a analizarse y detectan ineficiencias en cuanto a tener dificultades para conocer márgenes reales, necesidades de inventario o proyecciones de tiempo para la ejecución de tareas.
  • O bien organización en las que se está perdiendo excesivo tiempo en la búsqueda, distribución y comprobación de la información, así como en una falta de centralización de ésta.
  • Añadiríamos a todo ello, algo esencial a todo negocio o empresa, ¿sabes si tus clientes son felices? Es decir, ¿sabes si están bien atendidos, si hay muchas reclamaciones, si hay problemas, si estás perdiendo clientes por el camino? Si es así, ya sabes qué ERP escoger, uno con prestaciones adecuadas para mejorar y controlar tus servicios.


4) ¿Me lo puedo permitir?

Un ERP es caro. Es lo que muchas veces, se dice o se oye o se piensa, sin saber, de antemano, los porqués de esa afirmación. Simplemente porque hay esa corriente de pensamiento. Yo diría que caro comparado con qué. O para dar respuesta a qué. También se puede escuchar el “con lo que yo facturo anualmente no me lo puedo permitir”.

Incluso algo con lo que nunca he estado de acuerdo, el que se rechacen acciones comerciales simplemente porque la empresa no factura lo suficiente, no es del “tamaño” del ERP que se ofrece. Eso nunca se sabrá, si no se “rasca” o trabaja la cuenta y se analizan sus posibilidades.

De acuerdo, sobre el papel, una empresa que factura 500 mil euros anuales no es un perfil para adquirir un ERP de 90.000€. Pero ¿y si esa empresa ha planificado su evolución a “n” años y prevé un crecimiento o expansión elevado, pudiendo afrontar la inversión y cubrir el ROI (retorno de la inversión) correspondiente?



5) Ten en cuenta el ROI

¡Ah! Ya tenemos aquí las 3 letras, las siglas de la discordia. Si el % resultante del ROI es o será positivo, ¿por qué no se pueden tomar decisiones meditadas y sostenidas por cálculos ciertos y abordar esa implantación?

Y aún más, ¿por qué tiene que ser una inversión y no se puede asumir como gasto? Puesto que se puede contratar un ERP a través de cuotas a modo de servicio (vía suscripción) y proyectar ese gasto en nuestro balance de P&G. O bien contratar soluciones en la nube, también vía suscripción, ahorrándote dependencia de hardware sofisticado.

¿O decantarse por un 50% inversión y 50% gasto? Lo cierto es que, para ello, es necesario disponer de ese estudio de viabilidad que calcule correctamente el ROI y, lo más importante, poder hacer un seguimiento de los beneficios que ha aportado a la empresa.

Dejémonos de conjeturas. La finalidad suprema a la hora de saber qué ERP escoger es:

  • Reducción de costes operativos y administrativos.
  • Mejorar la eficiencia.
  • Aumentar la productividad y mejorar en márgenes de negocio.
  • Entre otros.

Si con la adopción de un ERP esos objetivos se pueden medir y se consiguen y positivizan el ROI, está claro que te lo has podido permitir.

Si no sabes qué ERP escoger para tu empresa, echa un vistazo a este artículo.



6) ¿Qué criticidades tiene mi empresa?

  • ¿Cuánto dependo de una conexión fiable a Internet y/o a los servicios en la nube, sean del tipo que sean? Como la gestión de email clave, tiendas virtuales, comunicaciones internas o externas, etc.
  • ¿Cuánto dependo de la velocidad/fiabilidad/agilidad de mis herramientas de gestión para dar un buen servicio tanto interno como externo? Como tomas de decisión, robustez de la base de datos, cálculos y emisiones de facturas o planificación de producción o compras.
  • ¿Cómo de rápido es mi proveedor del ERP o de la solución que utilizo en caso de incidencias, contratiempos, evoluciones, etc.? Como tiempos de resolución, proveedor local o global, actuaciones online o presenciales.
  • ¿Dependes, en gran medida, de la seguridad de que tus estimaciones de costes sean precisas o en que no estés perdiendo competitividad en base a tus precios o que existan errores no detectados en presupuestos erróneos?
  • ¿Dispones y llevas a cabo una correcta aplicación de la LOPD/RPGD y con ello proteges tus datos y los de tus contactos de modo seguro?

Estas son algunas de las criticidades que debes tener en cuenta para saber qué ERP escoger, pero podríamos añadir muchas más.

Llegados a este punto, tu solución de gestión empresarial actual debería ofrecerte respuestas concluyentes a todo ello. Si no te lo aporta o no lo sabes o no lo aplicas, pues como que te estarías haciendo trampas al solitario.


Encuentra una solución para las debilidades de tu empresa

Un ERP inteligente está preparado para ayudarte, avanzándose a multitud de situaciones críticas que puedas tener, siempre que lo hayas “adiestrado” para que reaccione justo a tiempo. Habitualmente, un ERP estándar ya dispone de alarmas o reglas de control sobre determinados procesos (roturas de stock, control de márgenes y costes, posibles riesgos bancarios, plazos de entrega, etc.). Pero serás tú, quien los tenga que ajustar a tus necesidades.

Asegúrate que ese ERP utiliza BBDD robustas, solventes, con diferentes niveles de seguridad y que está preparado para dar respuesta a los cada vez más frecuentes cambios legales y normativos. Con todo ello, podrás minimizar situaciones críticas en tu empresa.



7) La clave si lo que quieres es crecer

Cuando creamos una empresa, deberíamos saber cuál es su planificación futura o el reto que nos hemos planteado. Normalmente el horizonte mínimo que se suele barajar o se debería evaluar es para unos 5 años vista.

Durante ese periodo de tiempo, seguro que se producirán cambios de todo tipo. Propios, ajenos, inducidos por el mercado, por la competencia, por los clientes o proveedores, financieros, etc. Y tendríamos que estar preparados para afrontarlos.

Pero lo que sí que deberíamos saber es lo que queremos ser de mayor. La idea de crecimiento es algo innato en un emprendedor. Nadie quiere estancarse. La empresa menos. Si tu idea y tus planes de futuro pasan por crecer, debes prepararte para tener herramientas de gestión empresarial que lo sostengan.

Saber qué ERP escoger es clave para ello. Debes cerciorarte de que te permite escalar en múltiples escenarios: número de usuarios, cobertura geográfica, cobertura legal del país o países a donde quieras llegar, comunicaciones, seguridad, que pueda dimensionarse en nuevas prestaciones que no tengas al principio, internacionalización, globalidad, idiomas, etc.

No es fácil que lo contemple todo, pero seguro que en un gran porcentaje puede tener respuesta y, en su caso, evalúa un ERP que tenga la posibilidad de evolucionar por sí mismo o que tenga un “hermano mayor” evolutivo al que recurrir sin muchos esfuerzos.


No cometas este error

Existen muchas empresas que, en su creación, optan por soluciones sencillas, por temas económicos o estructurales. Sin embargo, estas deben ser sustituidas porque no pueden dar respuesta al crecimiento empresarial. Es decir, se trata de un contratiempo estratégico que se paga con más dinero y esfuerzo. Un volver a empezar de cero que cuesta lo suyo.

Por eso, aunque sea muy difícil adquirir un ERP en los inicios empresariales y eso pueda ser más “caro”, el proceso de crecimiento estará mucho más soportado, garantizando la viabilidad de ese impulso.

Hay muchos tipos de ERP’s en el mercado que se adaptan a cada situación y momento empresarial. Eso lo vamos a tratar a continuación.



8) ¿Es un ERP la mejor herramienta, la mejor solución?

Sí, un ERP es una gran elección. Ya hemos visto muchos aspectos en los que un ERP ayuda a las empresas. Hay muchísimos más. En los enlaces de este post, seguro que encuentras ese argumento que precisas para saber qué ERP escoger como tu solución empresarial.

Incorporar un sistema ERP en tu empresa te brindará una oportunidad de oro para transformar tu negocio.

Permíteme una serie de reflexiones y consejos. Estaremos de acuerdo en que una microempresa que comienza de 0, con volúmenes reducidos, no necesitaría un ERP de saque. Hay mucha otra oferta de soluciones para esas necesidades iniciales.

Pero, tal como hemos comentado en el punto anterior, hay que tener en cuenta ese horizonte evolutivo.

Por lo que, comienza con lo que puedas o quieras, pero evalúa si el proveedor de la solución que elijas dispone de continuidad evolutiva hacia ERP’s o incluso más allá. Eso te garantizaría poder crecer juntos y evitarte costes y esfuerzos elevados en el futuro.



9) Tipos de ERP

Porque, hoy por hoy, existen ERP’s para todo tipo de empresas.

  • ERP’s estándares, que disponen de prestaciones básicas con una puesta en marcha muy rápida.
  • Soluciones ERP`s estándares pero que, además, se pueden parametrizar en poco o en mucho a tus necesidades, con una puesta en marcha muy aceptable en tiempo y coste.
  • ERP’s con altas prestaciones empresariales y, además, con un grado de adaptación casi a medida, que claro está, conllevan más tiempo, esfuerzo en la puesta en marcha y probablemente (no siempre) más coste.
  • O bien ERP’s sectoriales que ya disponen de muchas prestaciones que dan solución específica a las necesidades del sector. También se les puede llamar ERP`s Verticales.

Casi todos pueden ofrecerte una adquisición a modo de inversión, o mediante suscripción (cuotas mensuales, trimestrales, anuales, etc.) y muchos de ellos ser usados en modo on-line, en la nube, o en modo mixto.

Implementar un ERP o sustituir un ERP u otra herramienta de gestión, para que aporte nuevas mejoras al cambio es, per se, uno de los cambios que más afectaran a toda la organización. Por eso, acertar en su elección, es clave para tu negocio. ¡Conoce más sobre las soluciones ERP de Sage!


Fuente: Blog Sage

Autor: David Tuneu, emprendedor y experto en gestión empresarial para las pequeñas y medianas empresas.